Saque y recepción tras canasta.

Una de las cosas que más nos desespera a los entrenadores es que nuestros pequeños no sean capaces de poner el balón en juego tras canasta recibida (o en un saque de fondo o banda tras pararse el juego).

Es una acción donde confluyen factores físicos (explosividad, apoyos), técnicos (manejar varios tipos de pase con ambas manos, retener al defensor, colocar los pies y el hombro delante del defensor, usar ángulos rectos en los desplazamientos), tácticos (lectura de la defensa, decidir en qué momento arrancar, lectura del pasador de en qué momento y hacia dónde pasar) y mentales (entender el juego, atención a la acción y la reacción, frescura mental y agresividad).

En ocasiones es una simple cuestión de diferencia física. Equipos de segundo año con jugadores más altos, más rápidos o más ágiles ante los que no somos capaces de dar ese primer pase que pone el balón en juego, pero otras muchas se producen en igualdad física. Entonces ¿qué hacemos? Pues, como siempre, ayudarlos a entender y ejecutar mejor.

Antes de empezar. Agilidad mental.

Cuando comienzas con un grupo de jugadoras para los que el baloncesto es algo muy reciente y comparten contigo sus primeras competiciones hay muchas cosas que tienes que tomártelas con calma. Una de las cosas más chocantes con las que empiezas a enfrentarte es que, oh sorpresa, no conocen el reglamento más allá de las normas básicas para conducir la pelota.

Apenas conocen las líneas (entrené minibasket durante trece años sin ninguna referencia de líneas en la pista de entreno), no saben qué indican los árbitros, no saben lo que hay que hacer tras el pitido del silbato, te miran constantemente buscando indicaciones en respuesta a estos estímulos sonoros. No saben colocarse en un tiro libre… ¡no saben por qué hay que tirar un tiro libre! En definitiva, hay que ser muy pacientes y enseñar poco a poco las normas y costumbres que harán que el juego se desarrolle con mayor fluidez.

El cambio de rol.

Es una de las acciones más difíciles de asumir con velocidad por las pequeñas. Pasar de atacar a defender o de defender a atacar con velocidad. Normalmente necesitan entender en entorno inmediato para arrancar y cambiar de rol. Cuando estamos atacando, hay un tiro y posteriormente un rebote defensivo, la jugadora no defiende hasta que ve a alguna rival avanzar con el balón unos cuantos metros, para nuestra desesperación.

Con respecto a los árbitros la cuestión se complica mucho más. El árbitro hace sonar el silbato e inmediatamente hay ocho jugadoras paradas, mirándole, esperando una explicación y una indicación sobre lo que hay que hacer después del pitido.

A mis jugadoras les repito este mantra: cuando una niña del equipo contrario lleva el balón y suena el silbato el balón es para nosotras. Buscadlo rápido, id a una línea y sacad. Si, por cualquier razón, no era para nosotras, ya el árbitro nos detiene, no os preocupéis.
Esto, que sirve en premini, debe matizarse en minibasket, donde ya acumulan muchos partidos jugados y tienen que aprender a leer si el árbitro ha pitado fuera, pasos, dobles, las violaciones básicas que tienen que conocer, y actuar en consecuencia.

Con esto trato de que sean ágiles mentalmente y le den mucha continuidad al juego. Al contrario también hay que aleccionarlas, claro. Si tenemos el balón y el árbitro pita, normalmente hemos cometido algún tipo de violación y tocará defender.

Es importante que tras canasta recibida o balón perdido no busquen culpables. Esa acción terminó, hay que ir a por la siguiente. Un esfuerzo minimiza o anula el fallo u error anterior.

Con la competición estos juegos de cambio de rol se van interiorizando a la vez que van aprendiendo las dinámicas arbitrales, partido a partido. Esto es entrenable, como todo. Al final de este post propongo un ejercicio de cambio de rol que a mi, y a mis jugadoras, nos gusta mucho.

La secuencia de aprendizaje.

Con mis pequeñas trabajo en varias capas, empezando con trabajo analítico, juego reducido y ampliando las variables después con diferentes situaciones, que a veces son similares y otras tienen una naturaleza diferente a la del saque de fondo, pero ayudan a conseguir el objetivo.

El pase es el fundamento del juego al que menos atención analítica le presto. En una semana de visita al Joventut de Badalona para ver trabajar sus minis, le pregunté a Willy Ciuró cómo trabajaban el pase. Me miró sonriente y se encogió ligeramente de hombros. Me dio a entender que no tenían una metodología tan clara y pulida como si podían tenerla para el bote y el tiro. Esto resume la dificultad de encontrar una forma óptima de enseñar a pasar bien. (En otra ocasión hablaremos de qué significa pasar bien).

Aprendí de César Iglesias que a pasar se aprende pasando. ¿Qué significa esto? Que al margen de enseñar las palancas y resonancias propias del pase, lo que mejora en mayor medida el pase es pasar lo máximo posible entrenando, desde todos los ángulos que se nos ocurran. Para ello hemos de introducirlo en los ejercicios de tiro, finalizaciones, manejo e incluso en los de oposición. Y exigir, claro, siempre exigir. Buen timing y buenas ejecuciones.

Suelo trabajar las ejecuciones básicas en analítico y su traslado a juego reducido en la primera fase de la temporada y el pase en velocidad en la segunda, este último frenando la carrera para colocar bien el balón en el pase tras bote y después dos manos desde la barriga, sin necesidad de frenar la carrera.

Para el momento concreto de poner el balón en juego hay que empezar por la parte técnica. Que sepan pasar correctamente con ambas manos y que aprendan a leer la posición de la defensa, sobre todo la de brazos y manos de la defensora que me va a molestar en el saque.
Podemos hacerlo en tríos, por ejemplo, donde la pasadora tenga que leer si pasa por encima de su defensora o picado por debajo. Esto último es muy importante para mi. A un jugador en carrera, en espacios cortos hay que pasarle picado y preferiblemente a un espacio ligeramente adelantado, porque dificulta la llegada de la mano de la defensa y facilita que el balón, en su fase ascendente sea recogido y trasladado al bote más fácilmente. En espacios cortos un pase por arriba suele acabar en un control deficiente del receptor, ya sea en un saque de fondo / banda o en un pase a jugador dentro de la zona tras recibir una ayuda defensiva, lo que coloquialmente llamamos doblar el pase / balón.

Vamos al lío. Recepción.

Reconocer los espacios.

Para esto construyo una rutina muy simple donde trabajando por tríos, una saca, otra ‘defiende’ y otra recibe. La receptora y la defensora se posicionan cerca de la pasadora, a menos de 2m, y la defensora simplemente se coloca delante, detrás, a la derecha o a la izquierda de la atacante. Esta salta o corre hacia el espacio libre: delante con defensora detrás, derecha con defensora en la izquierda, izquierda con defensora a la derecha y atrás si su defensora se coloca delante.

Trabajo analítico de lectura de espacios de recepción.

En esta situación la defensora solo ‘marca’ la defensa, no roba el balón. Así aprenden a leer y reconocer los espacios libres. Después permitimos que la defensa sea un poco más agresiva, que pueda forzar un poco más el pase, dejando que se estire para robar. En una tercera fase podemos dejar que la defensa empiece en una de las cuatro posiciones marcadas pero en clara actitud de robar el balón y aquí introducimos las fintas de recepción y el engaño. Dejamos que ellas solas traten de descubrirlas y después las guiamos a partir de lo que hemos visto.

Además de los cambios de dirección, en líneas rectas y no una carrera continua en curva, es muy importante que entiendan y adopten los stop&go, ya que en estas edades tempranas cada parada viene asociada con un cambio de postura defensiva, normalmente de relajación y subida del centro de gravedad, que ayuda al ataque a obtener ventaja en la arrancada posterior.

En todo este proceso es imprescindible no olvidarse del contacto. Es necesario que las jugadoras que quieren recibir se peguen, contacten y ’empujen’ a las defensoras para conseguir pequeñas ventajas en la arrancada. Empujar no es desplazar a su par si no aguantarla en el momento de arrancar para que la defensora siempre vaya por detrás en su reacción. Sobre este particular también he visto entrenadores trabajar justo lo contrario, que el ataque no se deje tocar por la defensa, escapando siempre de este contacto.

Si son capaces de entenderlos y ejecutarlos podemos también iniciarlas en pequeños trucos, como situar uno de los pies entre los de la defensora para ganar anticipación, en la misma idea colocar el hombro por delante de su cuerpo, empezar cara a cara para girar hacia el balón… cosas que dependen de la madurez de la jugadora y de su lectura táctica. Ellas han de probarlos y adaptarlos a sus propios registros, a lo que les haga sentirse más cómodas. Unas le sacarán rédito inmediato y otras tardarán más.

Situaciones de recepción real en juego reducido.

En la tarea anterior sumamos defensa real, sin condicionar, y 1c1 en canasta contraria tras recepción.

Después añadimos una defensora, que molestará a la sacadora y ya tenemos un combo bastante ajustado a la realidad del saque en competición. Si ataque recibe, jugamos 2c2 en canasta contraria. Si defensa roba, tratará de encestar en la canasta de la pareja sacadora y si encesta, pierde el balón o hay rebote defensivo siempre terminaremos en 2c2 en canasta contraria.

Recepciones a campo abierto.

Para reforzar este trabajo de contactos, fintas y apoyos para ganar un espacio de recepción, podemos realizar tareas que no sean estrictamente de saque.

En 1c1 desde el centro de la pista hacemos que la atacante pase a una compañera más adelantada (o a nosotros, si necesitamos más control sobre la tarea) y tenga que recibir de nuevo para jugar 1c1. Aquí leerá la posición de la defensora y los espacios libres, que son muchos, y aprenderá hasta que distancia su compañera puede pasar con precisión. Además, de esta manera, descubren de manera natural la puerta atrás. Podemos condicionar un poco la defensa, prohibiendo que permitan la puerta atrás, o dejar que se abalancen sobre las líneas de pase.

También podemos introducir una pasadora en el lado contrario con el fin de que, si la primera no ve claro el pase, se cambie el balón de lado y la atacante del 1c1 se vea obligada a reinterpretar los espacios de recepción en función de la nueva lectura del triángulo balón-defensora-canasta.

Recepción a campo abierto.

Situando el balón en un espacio real de saque trabajamos por tríos para 1c1, con pasadora en banda y receptora ocupando media o un cuarto de pista. Sin ser necesariamente analítica, esta tarea nos ayuda a observar que hacen las jugadoras de manera natural para recibir, e ir guiándolas en el proceso. Observaremos y fomentaremos el uso del contacto con el defensor, apoyos, direcciones en V o en L, fintas, etc.

Atacante trabaja para recibir un pase desde la banda y juega 1c1. Podemos ponerle retos o normas a la defensa, por ejemplo; no puede haber puertas atrás hacia el aro, priorizando que, de recibir, esto sea lejos del aro. No permitir que reciban en el centro del eje aro-aro priorizando que reciba cerca de la banda para poder ‘encerrar’ a la jugadora con balón, etc.

En la misma dinámica vamos a proponer una tarea donde habrá dos recepciones consecutivas, la primera con menos dificultad que la segunda.

Se trata de una dinámica de 1c1 donde las pasadoras están cerca de las bandas, cada una con su balón. La jugadora que tiene que atacar va a trabajar para recibir de una de las dos pasadoras. Esta primera recepción es más fácil ya que la defensa no sabe por que lado vamos a salir. Tras recepción, el balón se devuelve a la pasadora inmediatamente y obligatoriamente se ha de recibir un pase del lado contrario. Aquí la defensa ya puede apretar mucho más ya que conoce el espacio que ocupa la única pasadora activa. Con media pista para recibir la atacante deberá trabajar con las direcciones y apoyos aprendidos anteriormente. Podríamos usar las mismas normas o retos para la defensa que en el ejercicio anterior.

“RUGBY”

Hablando de recepciones a campo abierto, pero ya con tráfico real, a mi me gusta mucho dividirlas en dos equipos, jugando a toda pista a encestar sin bote (cuando empiezo la temporada en vez de encestar el objetivo es, como en rugby, colocar el balón con las manos detrás de la canasta rival, para dar más amplitud a los espacios ocupados). Los equipos serán de 4, 5, 6 jugadoras, dependiendo de cuantas tengamos entrenando y, si son impares, un equipo será superior en número, no importa, no desvirtúa para nada el objetivo. En este caso también puede participar y dinamizar el ejercicio un entrenador.

Al principio será un batiburrillo y todas estarán a 2m del balón, dificultando los pases y el avance hacia el aro. Pero poco a poco, parando y explicando, según pasan los entrenos, conseguiremos que jueguen cada vez más abiertas, existan mayores y mejores espacios y muchos más y mejores pases.

Para facilitar el momento pase a la defensa la dejamos molestar, pero no arrancar el balón de las manos de la atacante.

Más adelante, si queremos permitir que la defensa pueda robar ese balón, permitiremos también que el ataque tenga al menos un bote de escape hacia una nueva posición. Esto les dará un mínimo tiempo y distancia para encontrar otra línea de pase. Si, como yo, eres un obseso de que la jugadora con balón jamás mate el bote, esta última parte no es para nosotros, pero la dejo aquí como idea.

Ahora el trabajo de recepción del ejercicio anterior (el de 1c1 a campo abierto) es menos ‘libre’ ya que algunos espacios están ocupados por mis compañeras y la defensa. Veremos que fintan y buscan espacios libres y, si ayudamos al ataque a saber pivotar y leer el tiempo y el espacio donde tienen que pasar, habrá muchas más conexiones.

CURVA NO.. ¿O CURVA SÍ?

Siempre hemos enseñado a recibir trazando ángulos rectos, tratando de contactar con la defensora para, en la salida, tener una mínima ventaja espacio-tiempo que nos permita llegar a un espacio de recepción antes que la defensa.

Pero ¿y si en algunos momentos la curva ayuda?

Esto se lo vi trabajar a una entrenadora de mi club. Lo adopté y nos ha ido bien. La jugadora que quiere recibir traza una curva amplia desde lado contrario al saque. No busca el contacto, no utiliza ángulos rectos, busca la carrera para leer la respuesta de la defensa. En esta respuesta la defensa tiende a ocupar dos espacios:

  1. Quedarse un poco por detrás, lo cual libera un pase picado hacia la banda, imposible para la defensa.
  2. Anticiparse y situarse ligeramente entre la sacadora y la receptora, lo que deja un espacio para pasar por encima y recibir a campo abierto.

También podéis probar a trabajarlo desde la banda del lado balón, propiciando una carrera más corta y un pase al centro, con más salida para receptora.

La competición como escenario de crecimiento.

La recepción en el saque es algo que se mejora en situaciones reales. Cuando diseñamos una tarea en oposición podemos introducir un saque de fondo tras canasta.

La competición real es un escenario donde se mejora mucho este aspecto. Dando instrucciones a la pasadora para que tome distancia con respecto de la línea y pueda ver mejor a sus compañeras. Que estas empiecen separadas del balón y lean dónde se colocan las defensoras, para arrancar rápido hacia un espacio libre y a una distancia factible para el pase de su compañera con balón. A partir de la aproximación al balón van a leer, como en los entrenamientos, la posición de su defensora para ganar el espacio contrario.

Pasa mucho que de pronto tres jugadoras confluyen en el mismo sitio de la pista. Es normal y es deseable, son estas situaciones, que ellas viven en primera persona, las que nos sirven para hacerlas pensar. En un estadio más avanzado podemos ordenar la secuencia de arrancada y la dirección en que ellas van a buscar el pase y las lecturas de los espacios y la defensa, si bien hay que observar que la visión periférica en edades temprana es aún reducida y al niño y la niña les será complicado atender a varios sujetos, objetivos del pase, a la vez.

Velocidad en el saque como condicionante.

Hablando de esto con Antonio Cánovas, me pone sobre la mesa este interesante matiz: la velocidad en el saque como condicionante facilitador del mismo, pero limitante para el aprendizaje de los gestos técnico-tácticos antes desarrollados.

Sacar rápido te hace competitivo y te da puntos casi gratis. Reaccionar con velocidad a las señales arbitrales y el cambio de rol que suponen, te hace ganar muchas ventajas. El problema es que si normalmente eres superior en este aspecto, no aprenderás a utilizar las lecturas, fintas y apoyos.


Propone Antonio esta secuencia de normas para ganar confianza y sacar cada vez más rápido:

En el juego entrenando, después de conseguir una canasta, todas las jugadoras del equipo que ha anotado pisan media pista antes de presionar el saque. Cuando ya se han acostumbrado a sacar rápido tras canasta recibida, solamente tiene que pisar media pista la jugadora que ha anotado. Con esto la sacadora se obliga a detectar rápidamente a la compañera que está sola y esta a pedir el balón antes de que llegue su par. Por último se les quita toda limitación y tras canasta ya se quedan todas a defender el saque rival.

En todo esto hemos de jugar con las transferencias. Si entrenamos mucho las fintas dejamos de lado la velocidad de saque, fundamental para ser competitivos. Por otro lado, si prescindimos del trabajo de fintas, en igualdad de velocidad con el rival pueden bloquearse, porque solamente están acostumbradas a correr.

Y si detectamos que el problema es técnico, se aísla y se insiste en el gesto, ya sea de forma analítica o en situaciones reducidas.

Buscar la máxima oposición.

En general, si contamos con un equipo bastante superior a la media de la liga que jugamos, siempre recomiendo conseguir amistosos contra otros equipos que nos obliguen y nos dificulten todas las acciones propias del juego. Normalmente los de la categoría inmediatamente superior son una ayuda importante en el desarrollo de habilidades. Se mejora en la oposición.

Unos cuantos extras. ¿Qué dicen otros entrenadores?

Debatiendo sobre esto cosas con mi grupo de entrenadores de cabecera, surgen ideas, propuestas, matices…
Comparto algunas cosas que podrían ser de utilidad.

Recibir en movimiento.

Dice Abraham Ibáñez que insiste a sus jugadores en recibir en movimiento en estas situaciones porque, si esperan el balón, la defensa robará muchas líneas de pase.

Ivan Angullo además añade que, entrenando, deberíamos prohibir al sacador a pasarle a un compañero con los pies quietos, porque los defensores no van a estarlo.

Juanjo Nieto le añade a esto último un matiz interesante: “Comprendo la lógica de Iván, pero Lluís Riera estaba obsesionado porque el pase le llegara a un jugador ya bien “posicionado”. Por ejemplo, el pase en contraataque quería retrasarlo hasta que el jugador llegara a la posición, no darlo en el proceso de frenado.” Añade que es un trabajo de dos, los receptores tomando decisiones con balón en el aire te dan la vida, pero tener pasadores pensando por el receptor y ayudando en su proceso de toma de decisiones es aún mejor.

Iván añade: “esperar para dar el pase es mortal. Hay que darlo antes y que lleguen receptor y balón al mismo tiempo. Maximizar ventaja.”

Miguel Giménez va más allá y añade un factor interesante: el conocimiento del reglamento.

Cree en la necesidad de que el jugador conozca lo que el reglamento le permite, en este caso al sacador.
El sacador puede moverse en el saque, hacia atrás para ganar espacio con respecto a su defensor y, lo más importante, lateralmente, lo cual cambia drásticamente las líneas de pase.

Dice el reglamento, en su regla 17.3.1, hablando del sacador:
No se moverá del lugar designado para el saque más allá de las líneas limítrofes, lateralmente en una o ambas direcciones, una distancia total de más de 1 metro antes de soltar el balón. Sin embargo, se le permite moverse directamente hacia atrás, desde la línea de banda, tanto como las circunstancias lo permitan.

En una edad más avanzada, quizás alevín, además podemos enseñarles que, según la regla 17.2.10, tras canasta recibida:
El jugador que realiza el saque puede moverse lateralmente y/o hacia atrás y el balón puede pasarse entre los miembros del equipo que estén sobre o detrás de la línea de fondo, pero la cuenta de 5 segundos comienza cuando el balón está a disposición del primer jugador situado fuera de las líneas limítrofes.

Esta pillería permite escapar, en un momento dado, de una situación de presión y dificultad al sacar. Es cierto que hay que entrenarla para sacarle el rendimiento óptimo, ya que solamente tenemos cinco segundos para ejecutar la secuencia completa. Además, en muchas ocasiones, las canastas de minibasket tienen un soporte que impide pasar el balón de un lado a otro.

Otra secuencia de aprendizaje.

Esta secuencia es de Antonio Cánovas. Es para iniciación pero se puede usar en cualquier etapa si se detecta la necesidad. Además, a veces, se salta un paso o incide en otro según las necesidades que va descubriendo.

Primero: 1c1 en todo el campo a partir de saque (les limito la línea aro-aro para dividir el campo en dos longitudinalmente). La sacadora no está defendida y la jugadora que ataca empieza a partir de contacto (antebrazo). Defensora elige qué lado darle (completamente por delante, a lo que llamamos cara, derecha, izquierda o por detrás, a lo que llamamos muro). Obligatorio, como digo, aguantar a la defensora e ir a por balón (crear espacio entre defensora y yo). Importante dónde partir. Yo les pongo de guía aproximada el codo del tiro libre.

Segundo: Idem anterior, con defensa del saque.

Tercero: la receptora empieza más allá del eje y la pasadora vuelve a no tener defensa. Esta sería la “segunda receptora” en situación real y añadimos la “dificultad” en el pase de que la receptora seguramente venga en carrera y hay que ajustar el pase a su velocidad, a una posible parada, la forma de defender de su defensora, etc.
Empieza en lado débil y una vez recibe, tiene que estar o ir al lado donde partió el balón (esto lo hago así para que trabajen 4 jugadoras al mismo tiempo, es decir, otra pareja que viene de lado contrario).

Cuarto: Idem anterior, con defensora de sacadora.

Quinto: 2c2 desde pase sin defensa de la sacadora, con orden de recepción y sin la limitación del eje. Las instrucciones son que dos movimientos y el contacto visual se va al otro lado del eje, invitando a que ya inicie su recepción la jugadora de lado contrario.

Sexto: Idem anterior, con la jugadora que saca defendida.

Orden de recepción.

Entonces, ¿Qué orden de recepción propone Antonio en un estadio más avanzado? Uno en donde sus jugadoras ya manejan correctamente varios de los conceptos antes abarcados.

“Yo he probado varias cosas, pero ninguna me convence 100%
La que más me convence yo la llamo el reloj y esta es la explicación.”

1 pasadora y 3 receptoras.

Dos de las tres receptoras se sitúan aproximadamente a la altura del tiro libre. Una vez que han comprendido que, si quieren tener espacio para fintar y recibir, no pueden empezar pegadas a línea de fondo.

A partir de aquí, el orden de las dos primeras es claro: la que está en lado balón intenta recibir primero. Solamente tiene una oportunidad y, si no recibe, puerta atrás (que responde a la regla trabajada previamente: me acerco – me alejo).

Lo que hacemois realmente es ordenar el focus atencional de la sacadora: primero a la que está cerca, que se irá si no se la pasas (tiene también posibilidad de pase bombeado). Inmediatamente después atención hacia la jugadora del lado contrario, que tiene más recorrido para poder recibir.

La 2ª fase (que es a la que intentamos no llegar) es una 3ª jugadora viniendo de media pista (aprox.).
¿Cuál? La del lado débil para ocupar el hueco que deja la 2ª receptora.

Es decir, desde arriba, se ve como rueda que gira en el sentido de las agujas del reloj, o en el contrario. Depende del lado de saque.

La sacadora tiene el foco atencional en el lado fuerte. Si no, el lado débil que viene a lado fuerte y la última opción la que viene en sprint desde casi media pista. No da tiempo a más. A partir de estas sencillas e intuitivas normas se pueden trabajar otras trayectorias a medida que intelectualmente van creciendo y entendiendo la dinámica.

El timing de que todas se muevan una detrás de otra (que no es exactamente así, sino empezar la finta antes) es algo que según el grupo se pilla al vuelo o no. Es nuestra decisión la importancia que queramos darle e invertir más o menos tiempo en esto.

Foco atencional y orden de recepción.

Un ejercicio / juego. Cambio de rol.

Este ejercicio es muy sencillo y a las jugadoras les divierte mucho.

Colocaremos dos conos a cada lado del campo formando una portería o puerta grande.
Dos jugadoras sin balón, una en cada medio campo. Repartimos los roles, una ataque y otra defiende. El objetivo es que la jugadora con rol de atacante pase por la puerta de la jugadora con rol defensivo sin que esta la toque. En caso de que sea tocada se terminaría el juego para ellas.

La magia se produce cuando el entrenador hace sonar su silbato. Cada vez las jugadoras escuchen un pitido los roles se intercambian, la jugadora que atacaba pasa a defender y la que defendía tiene que tratar de pasar por la puerta contraria. Esto lo podemos repetir cuantas veces queramos durante el juego. Al principio lo haremos una vez pero, a medida que ellas respondan más rápidamente al estímulo, podemos pitar incluso cuando están a punto de pasar por la puerta de la rival. Esto suele hacer muy felices a las compañeras que esperan, que se divierten mucho con la locura que están presenciando.

Variantes. Las lógicas; añadir un balón por jugadora lo hace más impreciso, más lento, pero añade un componente de manejo realmente muy interesante. Jugarlo en 2c2 (sin balón) duplica los focos y lo hace más complejo.

Apunte. Si instamos a la defensora a que no espere si no que ataque desde la defensa estaremos introduciendo factores de iniciativa defensiva y agresividad.

Cambiando el rol ataque/defensa.

PS. Formar, crecer, competir.

Una reflexión personal.

Nunca entenderé (de hecho es algo que me pone de cierto mal humor) a los entrenadores que limitan el saque de fondo o banda a una jugadora por cuarteto (o quinteto). Es absolutamente antiformativo.

Seguro que en cada equipo hay una niña o dos que son más avanzadas que el resto en todo lo que hemos desarrollado en este post. Si limitamos cada saque a que tengan que venir a realizarlo ellas, desde donde se encuentren, dinamitaremos la premisa de sacar rápido y, lo que es peor, las demás nunca mejorarán en este apartado del juego.

Lo mismo para la receptora. Limitar que X tiene que ser la que recibe mientras todas las demás se van a campo de ataque para no molestar no forma, no mejora, no prepara para la competición a ninguna jugadora más que a las que ya están por delante del resto.


Espero que este post ayude y anime a buscar soluciones para esta acción tan concreta del baloncesto y que tanto condiciona a veces el desarrollo de un partido de minibasket.

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5 Responses

  1. Jhony dice:

    Excelente!! Me gustó el trabajo..siento que es de gran ayuda para los 3ntrenadores de Mini e Infantil.

  2. Óscar dice:

    Gran trabajo. Enhorabuena por las aportaciones de otros entrenadores.

  3. Pablo dice:

    Excelente trabajo,gracias tomaremos muy encuenta las sugerencias

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